ABANDERADA DE LA ESCUELA SECUNDARIA Nº 22
Silvia, un
ejemplo de humildad y sacrificio Silvia, un ejemplo de humildad y sacrificio
Trabaja desde las 8 de la noche hasta las 8 de la mañana cuidando a una
anciana. Se encarga de la mayor parte de las tareas de la casa, ya que su madre
está todo el día fuera por razones laborales. Por la tarde va al colegio. Al
regresar, estudia. Y de nuevo al trabajo. Pero nada le ha impedido a Silvia
Frías convertirse en la mejor alumna y abanderada de la Escuela Media N° 22 de
La Granja, un establecimiento al que concurren unos 1.200 chicos. “Desde 1°
grado le gustó estudiar. Y mucho. Jamás hubo que llamarle la atención con
cuestiones escolares”, dice su mamá Irene, quien desde las 7 hasta que se pone
el sol trabaja en una empresa de limpieza. Silvia hizo la primaria en la
Escuela 73 de San Carlos, donde egresó como abanderada y “en 4° grado ganó un
certamen de Matemática”, dice Irene, y cuenta que luego se mudaron a La Granja,
donde la adolescente ingresó al nivel secundario en 2° año. La joven, que hace
días cumplió los 18, nunca abandonó su compromiso con los estudios, a punto tal
que jamás se llevó una materia y hoy porta la máxima insignia nacional merced a
un promedio de 8,77. Vive con su madre, su hermana Gabriela (19), su cuñado y
su flamante sobrina, Morena. Su hermana mayor reside en Formosa. Le encanta
cocinar y lo hace todos los días, además de limpiar el hogar, planchar y otros
quehaceres. Así transcurren sus mañanas. A la una entra al colegio de 520 entre
138 y 139, del que regresa a las 17,30. “Se baña, se prepara, y se va a la casa
de la abuelita que cuida. Allí estudia, y también descansa”, comenta su mamá.
Irene la define como “muy dada” pero “muy recta, tiene carácter y sabe
perfectamente lo que está bien y lo que no. Está en permanente contacto conmigo
y con su padre, y nos pide autorización para todo. Tiene muchas amigas, con las
que sábado por medio va a bailar”, relata la mamá de la abanderada de la Media
22. El año que viene tomará el largo camino para ingresar a Medicina, ya que
quiere ser perito forense. “Es un inmenso orgullo para nosotros”, exclama Irene
y se le entrecorta la voz. No es para menos.
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